lunes, 3 de abril de 2017

Viaje a Marte




Space X y NASA: ambas empresas han dicho que piensan enviar humanos a Marte, unos antes que otros, pero no se trata sólo de meter media docena de personas a una nave, hacerlas despegar y enfilar rumbo  a ese planeta, sino que primero hay que tener un propósito definido, como ¿Qué harán, una vez que desciendan exitosamente en el planeta rojo?¿Habremos enviado  antes unos robots con la misión de construir un hábitat?¿Qué condiciones debe cumplir esa construcción?¿De qué material será hecha?¿Habrá que construir un lugar para vivir, otro para producir alimentos, otro para producir agua, etc?

¿Cuántos viajes habría que hacer, llevando materiales desde Tierra? ¿acaso se podrían producir las piezas de encaje, como un lego, en una impresora 3D?

Marte no está “a la vuelta de la esquina”, y por eso es que un viaje tiene muchos peligros y complicaciones, más aún si va con astronautas a bordo, ya que el planeta está a unos 55 millones de Km, y más o menos cada 2 años se produce un buen momento para ir dada la traslación de ambos planetas alrededor del Sol, por lo que los astronautas pasarían unos 500 días en Marte, antes de poder regresar. Esto, nos hace pensar en las habilidades necesarias de las personas que hagan este viaje; habilidades para soportar un largo encierro a millones de kilómetros de su familia, amigos, paisajes, comidas, costumbres, clima, etc, y el convivir durante tanto tiempo con pocas personas y en espacio reducido, recibir órdenes, no poder cambiar de lugar de residencia, no poder regresar a la Tierra cuando lo desee, y todo esto, en el mejor de los casos, con buena salud…

Hasta ahora, los astronautas han estado siempre algo protegidos por el campo magnético terrestre al permanecer en la estación espacial, pero en un viaje a Marte serán vulnerables a la radiación de las erupciones solares y los rayos cósmicos que pueden dañar el ADN y las células cerebrales, por lo que los astronautas, luego del largo viaje, podrían llegar a Marte algo más lerdos, con visión borrosa, y más encima con sus huesos frágiles.

Recuerdo cuando Scott Kelly regresó a la Tierra luego de pasar 340 días en la estación espacial, porque lo vi en directo desde mi notebook, cuando aterrizó junto a Korniyenko en las estepas de Kazajstán y fueron a sacarlos de la cápsula en andas porque sus músculos y huesos eran débiles y era peligroso un tropiezo que les significara una fractura…Es difícil volver a sentir la gravedad, porque además, apenas podían respirar ya que luego de un año de vivir la ingravidez, sus pulmones y sus músculos pectorales estaban débiles. Había unas cómodas butacas esperándolos, y frazadas para que soportaran el frío viento del lugar.

Estando en la estación espacial, con gravedad mínima, sus cuerpos sufren varios cambios como caras hinchadas, al fallar el drenaje de los líquidos, y una disfunción visual grave, pues los ojos ya no forman la imagen en el lugar correcto, por lo mismo de la distribución del agua, ya que el globo ocular cambia de forma.

Aún haciendo ejercicios vigorosos a diario, los huesos van perdiendo un 1% de masa ósea al mes, y en un viaje a Marte sería peor el problema, porque el equipo que se utiliza en la estación espacial es demasiado pesado para acarrearlo a Marte.
Para tener agua potable, se filtra y purifica la orina y el sudor, pero esos filtros se pueden obstruir con calcio de los huesos de los astronautas, o el agua se puede contaminar con microbios. En cuanto al aire, hay que eliminar el CO2 y esos filtros y los del agua, pueden echarse a perder; pueden fallar lo mismo que cualquier otro aparato de la nave…y ya no estarán cerca, como para enviar los repuestos desde la Tierra. Una nave espacial con destino a Marte, sólo tendría los repuestos que pudiera llevar desde iniciado el viaje.

Y por si todo esto fuera poco, saliendo desde la Tierra, tendrían que decirle adiós a una buena ducha, y recurrir a lavarse con un paño húmedo; además, con la ausencia de gravedad cambian muchas cosas, como tener que usar inodoros de succión…

En la Tierra hay varios lugares donde se entrena a los astronautas a vivir el encierro  la incomunicación, aunque no es posible simular la gravedad cero, pero para simular una caminata espacial, por ejemplo, usan un visor de realidad virtual.

En Marte, ya la cosa es muy diferente, pues el ambiente es hostil y despiadado, hay una atmósfera enrarecida que protege en parte de la radiación, pero no de los rayos cósmicos, y además, hay que proveerlos  de agua y oxígeno utilizando los escasos recursos locales. También es probable que se utilicen elementos del suelo marciano para crear materiales de construcción que hagan posible construir espacios vitales más amplios para que los astronautas puedan desarrollar más actividades de investigación pero también de recreación, que les hagan más agradables sus días de permanencia tan lejos del verdor terrestre.

Aún no se empieza con esta aventura, y ya hay quienes sueñan con “terraformarMarte, para que tengamos un planeta de repuesto, en vista de que hemos tratado tan mal a nuestra casa. Sueñan con llevar grandes colonias de terrícolas y armar allá una nueva civilización, pero para eso, falta que lleguemos a  otro siglo…¿el XXII?¿o el XXIII?


Fuente: National Geographic
             foto de google