sábado, 14 de febrero de 2015

"El sexo y la biología".




Hace veinte años, se hablaba poco y se escondía, esto de las personas transexuales, y de las personas homosexuales; pues es muy triste la tremenda discriminación de que son objeto; y no sólo por gente extraña sino por la misma familia.

Se hablaba de “malas costumbres”, de “elección”, en circunstancias de que no es lo uno ni lo otro!  Pero pensemos que recién en 1990 comenzó formalmente el Proyecto Genoma Humano, y los primeros análisis se publicaron en 2001, pues a pesar de que contamos con buenos computadores, se trata de un gran cúmulo de datos.

El Genoma es el Código que hace que seamos como somos; es el número total de cromosomas que contienen aproximadamente 80 mil genes , responsables de la herencia.

Conocer la secuencia completa del Genoma Humano puede ser muy importante para identificar enfermedades, tener un diagnóstico y diseñar nuevas medicinas.

La comunidad científica –en general- se inclina a pensar que la sexualidad tiene una explicación biológica; es decir, que las preferencias sexuales no se generan a nivel psicológico sino genético, y ya se identificaron 2 tramos de ADN vinculados a la homosexualidad. Esto es un hallazgo que ha generado polémica porque le quita peso a las influencias ambientales, psicológicas y sociales de la persona.

Hay 2 tendencias biológicas para explicar esto, una que afirma que la homosexualidad se gesta a nivel intrauterino y se relaciona con los cambios hormonales que sufre la madre, y la otra, que se trata de una respuesta inmune materna a un feto masculino, pero los últimos estudios han analizado el ADN de parejas de hermanos , ambos homosexuales, y así se descubrió la existencia de 2 secuencias  de genes ligados a la homosexualidad, aunque aún no se sabe cuál de ellos es un factor determinante y cómo actúa en la orientación sexual, pero deja en claro que no se “elige”, pues tiene una base genética.

El problema está en que no bien se descubre o se inventa algo con buenas intenciones, de inmediato aparece el lado malo…

En este caso, existe la posibilidad del desarrollo de pruebas  genéticas, aplicadas sin consentimiento de la persona, y que se determine así su condición sexual con fines discriminatorios, o se practique en mujeres embarazadas que quieran abortar bebés homosexuales.

Por otro lado,, hay que pensar que el hecho de que se haya identificado 2 tramos de ADN, no significa mucho , dada la complejidad de la conducta sexual porque es improbable que la orientación sexual dependa de estos tramos; seguro hay otros genes que orientan la conducta juvenil de juego, la conducta de relación, etc.

Es verdad que son varios los grupos  de científicos que se inquietan por estos temas, y son varios los modos de investigar, porque hace ya un par de años nos llegaron noticias de los hallazgos de investigadores españoles, al analizar el grosor de la corteza cerebral de personas transexuales, antes de someterse a tratamiento hormonal. (hombres y mujeres).

Un transexual, es una persona que se identifica con el sexo opuesto a su sexo biológico, desea un cuerpo acorde  con su identidad , y quiere vivir y ser aceptado así.

En sus comienzos, este estudio partió averiguando la diferencia de grosor según el género, pero no en transexuales, y se constató que la corteza cerebral  en mujeres es más gruesa que en hombres  en las regiones frontales y parietales del cerebro, pero más tarde se hizo una investigación con 94 personas, de las cuales 24 eran mujeres , 18 eran hombres transexuales, y 29 hombres y 23 mujeres que no lo eran.

Se usó la neuroimagen , que reveló que el grosor de la corteza cerebral de hombres transexuales es diferente a la del resto de varones, y similar a la corteza femenina.

En cuanto a las mujeres transexuales, no muestran diferencias con las demás mujeres; es decir, el grosor del tejido corresponde al de su sexo biológico, pero uno de los núcleos subcorticales del cerebro de estas mujeres sí muestra una masculinización (su volumen es similar al masculino).

Esto significa que la sustancia gris de hombres y mujeres transexuales presenta signos de feminización y masculinización respectivamente y en ambos casos,  las diferencias con su sexo biológico están en el hemisferio derecho , y esta diferencia se estableció durante el desarrollo del cerebro, momento en el que a causa de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas) se produjo esa asimetría.

Ahora, otro estudio hecho en Viena ha demostrado que la identidad sexual se refleja en la forma en que se conectan las neuronas entre las diferentes regiones del cerebro, y no siempre coincide con el sexo biológico, porque ocurre que con una tomografía  de resonancia magnética se vio que hay diferencias significativas en la microestructura de las conexiones cerebrales entre hombres y mujeres, pero las conexiones en personas transexuales están en una posición intermedia entre las de ambos sexos.

También se detectó una fuerte relación entre esas redes de conexiones neuronales y los niveles de testosterona en sangre, por lo que se piensa que estas redes se forman influidas por las hormonas sexuales mientras se desarrolla el sistema nervioso.

Los resultados de todos estos trabajos sugieren que la condición humana de la transexualidad tiene una raíz biológica, y por eso no podemos entenderla como “anomalía”, sino como una parte natural del espectro del comportamiento humano.

Fuente: Universia.es
              24horas.cl
             Unav.es
              Wikipedia

          Tendencias21.net

jueves, 5 de febrero de 2015

"En mi cerebro, están mis hijos".




Leyendo cosas diversas, de repente aparece algo que no entiendo; entonces, me voy a averiguar de qué se trata, y me entusiasmo porque así he llegado a maravillarme con cosas que ni imaginaba!

Estaba leyendo sobre trasplante de órganos y el problema del rechazo, cuando de repente apareció una palabra desconocida: microquimerismo…¡Oh, vaya! ¿De qué se trata esto? ¡Sorpresaaaaa!

Yo creía que todas mis células tienen mi ADN y me distinguen de cualquier otro individuo, pero luego caí en la cuenta de que  tengo 50 billones de células –como leí por ahí- divididas en varios grupos diferentes según de qué órgano, como el tejido conectivo, el muscular, el nervioso y el epitelial.

Bueno, pero además, cargamos con nada menos que un par de kilos de bacterias amigas, que son indispensables para nuestro equilibrio; ellas se aprovechan de nosotros, y nosotros nos aprovechamos de ellas. ¡Increíble!

Y ahí es cuando me bajaron muchas dudas!  Porque…¿cómo nuestro sistema inmune sabe si son bacterias amigas o enemigas? Tenemos más de 100 billones de bacterias! Es decir, el doble del número de nuestras células! Esto es insólito! Y ya en esta parte de la reflexión…volví a aquella palabra: microquimerismo

¿Y qué es esto?

En Medicina se usa el término “quimera” cuando una persona tiene poblaciones celulares que vienen de otro individuo, como lo que sucede con los trasplantes, pero el microquimerismo, como la palabra lo indica, quiere  decir que el nivel de células que vienen de otro individuo es bajo, como por ejemplo en la transfusión sanguínea, o en la lactancia materna.


Es decir, estamos hablando de que no todas nuestras células tienen el mismo ADN.



En los humanos, existe el microquimerismo fetomaternal, en el que células del feto pasan a través de la placenta y se instalan en la madre, y se multiplican durante  décadas. No está claro si hay consecuencias potenciales, aunque se cree que esas células fetales pueden desencadenar una enfermedad autoinmune y por eso muchas enfermedades autoinmunes son más prevalentes en mujeres de mediana edad.

Otra teoría dice que estas células fetales, actuando como células madre, ayudan en la reparación de tejido enfermo o lesionado, como se ha visto en el corazón, en que migran y reparan tejido dañado, pero no se descarta que en realidad no tengan efectos en la salud materna.

Enfermedades autoinmunes como la esclerodermia y el lupus eritematoso sistémico, son consecuencia del microquimerismo fetomaternal, y también en el estroma del cáncer de mama se encuentran frecuentemente células inmunes fetales.

En la tiroiditis del período post parto se ha encontrado ADN masculino, y también en la tiroiditis de Hashimoto.

Se sospecha que estas células se activan posiblemente por un factor ambiental, y ahí se desencadena una cascada de eventos , incluyendo la secreción de citoquinas, proteínas que regulan la función de las células, y regulan el mecanismo de la inflamación. Hay citoquinas pro-inflamatorias y anti-inflamatorias, y controlan muchos procesos biológicos, pudiendo llegar a consecuencias indeseables de la respuesta inmune como fibrosis, angio-génesis (formación de vasos sanguíneos nuevos a partir de vasos pre existentes) e inmunosupresión en el cáncer.

Y además, la madre almacena en el cerebro células de sus hijos procedentes de la gestación.

Fuentes: wikipedia
               google
                 Sochire.cl